Ser mujer – ¿Ser desde lo Femenino?


Estimadas y estimados lectores
El día 8 de marzo se conmemora el Día Internacional de la Mujer, que busca la igualdad de derechos con el hombre en nuestra sociedad y en su desarrollo íntegro como persona. Por esta razón hemos escogido este tema – la mujer – como central para este número.
¿Qué es ser mujer? ¿es lo mismo que lo femenino? Bueno, creo que actualmente ya es compartido que no es lo mismo. También continua siendo un tema complejo (¿será porque somos complejas?). Muchas investigaciones sobre género, congresos, cursos, etc. se llevan a cabo para llegar a algún consenso.
No es nuestra idea sobreescribir acerca de lo mismo, sino sólo mostrar algunas miradas diferentes sobre este tema.
Nacer mujer ya nos condiciona la mirada (según la sociedad en la que estemos). Nos guía, nos hace relacionarnos, mirar, significar, comprender (o no hacerlo) de un determinado modo. ¿Qué implicancias ha tenido, está teniendo y tendrá este condicionante en nosotras? ¿Nacemos mujer o nos hacemos mujer (en el decir de S. de Beauvoir)?

Esta revista es dirigida por un equipo compuesto sólo de mujeres, y quizás eso facilitó que una de nuestras premisas centrales sea la de escribir en 1ª persona ¡oh tamaño perjuicio, pues nos aleja de la rigurosidad y credibilidad científica! Y claro, como escribe Virginia Woolf en el bello libro que nos reseña Carolina Erber (Un Cuarto Propio) me hace darme cuenta de algo tremendo: Incluso como analistas existenciales, enfoque terapéutico comprensivo, cuyo eje central son las emociones, debemos escribir “científicamente” para ser creíbles, esto es en 3ª persona, de forma impersonal, sin hablar de sí mismo. De esa forma se dejan importantes datos fuera de toda investigación: el pensar, sentir, tomar posición a lo largo de las investigaciones del autor. Perdón, al final nos dejan un pequeño espacio: La discusión de ésta.
En fin.

¿Somos diferentes mujeres y hombres? Claro, desde lo más obvio (la biología) que como uds. sabrán es una de las dimensiones (no partes) de los seres humanos. Digo esto pues en nuestra morfología se evidencian también algunos rasgos propios de lo así llamado masculino/femenino (otros pueden denominar esta diferencia Yin/Yang).
Nada más contenedor, flexible, nutricio que la vagina y el útero. Nada más firme, proactivo, proveedor que los testículos y el pene.

Alejandra Fonseca nos hace parte de esta discusión desde su propia vivencia de su femineidad, su problemática desde niña y una construcción tan personal de la misma, en su artículo: “Femineidad propia y auténtica”. En éste nos comparte cómo una de las opciones más identitarias como el ser madre, es al inicio fuente de conflicto personal y social.

Es cierto que no todas las mujeres responden a las características mencionadas anteriormente, que hay mucho de cultural, genético, etc., …pero…
Hace unos días en un noticiero, desde la sala del canal se le pregunta a la periodista que está transmitiendo desde la costa: ¿qué temperatura hay en la playa? la periodista dice “mmm…no sé…como para ponerse un chaleco delgado…”, y luego le pregunta al camarógrafo quien dice: unos 20 grados.
Fue tan claro para mí esa diferencia entre ella y él: ella cerca de su cuerpo, conectada con su vivenciar, lo cualitativo, y él buscando la precisión, lo cuantitativo.

La foto de arriba la tomé en Ecuador. Un grupo de mujeres lavando la ropa en el río, y a pasos había unos estupendos lavaderos de cemento con agua potable. – ¿Por qué ellas continúan lavando en el río? pregunté. – Pues quien construyó los lavaderos no consideró la dinámica de ellas: reunirse en círculo, verse las caras y conversar, compartir sus vidas. Algo tan propio de nosotras las mujeres: ¡hablar de nosotras, de nuestras vidas!

Que hay mujeres con muchas características así llamadas masculinas (Yang), ¡claro! Y son necesarias esas características: dan fuerza y protección, iniciativa y acción, etc. Cuántas mujeres jefas de hogar han acudido a ellas o desarrollado esas capacidades para proveer y proteger a sus cachorros. Pero también las hay con demasía: pensemos en una Margaret Thatcher, por ej., que dirigió un país con el epíteto de la Mujer de Hierro.
Y en el caso del hombre no es diferente: cuántos padres amorosos, contenedores hay por ahí (o se están atreviendo o capacitando en esa área). Y como ejemplo de gobernante hay más de uno, como el presidente Mujica de Uruguay, o Madiba (Nelson Mandela). Ambos gobernaron no desde la imposición por la fuerza y hierro, sino desde la empatía.

Desde México Silvia Gomez nos escribe sobre el desgarrador acontecer en el estado de Guerrero, desde su conmovedor y bello relato en “Ayotzinapa: energía femenina para conjurar el miedo”. ¿Será que si pusiésemos más úteros en nuestras sociedades habrían menos actos psicopáticos como ése o como cualquier guerra? ¿Cómo podemos incluir lo femenino en las políticas públicas, en la dirección de un país?

En “Ser mujer, ser persona”, Marina Eysymontt nos va detallando su propio camino en este encontrarse con su ser mujer, en lo que en sus inicios parecía tener que ser un camino de renuncias a un aspecto de ella. Sin embargo, y si bien logró mantenerse “completa”, su elección no quedó exenta de renuncias.

La literatura es uno de los ámbitos que más devela a una sociedad (tanto por lo escrito como por lo ignorado en esos escritos, como plantea Woolf) y Ana Traverso ha dedicado gran parte de su desarrollo profesional a investigar el ser mujer y escribir en Chile. En su entrevista Carolina nos permite sumergirnos por un rato en este mundo de la escritura femenina al que nos invita Ana.

Y no podíamos dejar fuera una bella y sutil película de Wong Kar-Wai (In The Mood For Love) que Constanza Iturriaga nos reseña con la misma sutileza y profundidad con la que nos deleita la película (adjuntamos el link para que la disfruten también). “El movimiento de un vestido, por ejemplo, o el diálogo que habla más allá de las palabras con gestos y miradas, el sonido que hace alguien al caminar, la luz en la piel de alguien”, etc.. nos dice Cony, dan cuenta de una sensibilidad propias de un mirar femenino, pese a que la película sea toda una armonía entre esas dos fuerzas (Yin y Yang).

Estimadas y estimados
Cuando no sorprenda más que sea una mujer la que gobierna un país o una empresa;
Cuando el escribir serio, riguroso, fiable, no se relacione sólo con lo impersonal y cuantitativo, sino también y en igual medida los sentimientos, lo valorativo tenga lugar en esa fiabilidad;
Cuando nunca más un esposo le diga a su mujer embarazada: “ojalá que la bebé nazca con tu belleza y mi inteligencia”;
Cuando nunca más el esposo amenace a la esposa con no seguir apoyándola financieramente si continúa con sus estudios, de modo que esté más tiempo en casa y disponible;
Cuando nunca más el esposo reniegue de la contribución que su esposa hizo durante su matrimonio en pos del desarrollo profesional de éste, evidenciado en el sólo hecho de haberlo acompañado y apoyado en ese arduo camino;
Cuando por nuestro trabajo (en casa) se nos pague, y además se nos pague igual que a los hombres por similar labor realizada;
Cuando…(cada una puede rellenar este espacio con sus propias experiencias)
Cuando…
Cuando….

Amigas, amigos, cuando eso sea una realidad, ya no será más necesario celebrar un día especial por la mujer.

Michèle Croquevielle

Psicóloga Clínica
Postítulo en Análisis Existencial
Supervisora Acreditada
Directora Revista InterAmericana Existencia
Directora ICAE

michele@icae.cl


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Chile
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N° 11 - 2015