Emil Osorio, director de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Austral de Chile (UACh), descubrió la fenomenología como concepto cuando era estudiante en la Universidad Católica de Chile “La escuché primero de un personaje que es conocido fuera del ámbito de la arquitectura: Alejandro Aravena, quien en sus clases recurría siempre a ejemplos de Heidegger y a cómo la fenomenología podría impactar la arquitectura en su uso, en su función y también en su diseño. Y mencionar muy personalmente a una arquitecta que ya partió, Glenda Kapstein, que desarrolló en Antofagasta temas muy locales a través de la fenomenología”.
Desde el Museo Philippi, ubicado en Valdivia, ciudad del sur de Chile, el arquitecto y MArch Environmental Design, University of Nottinghamnos, nos cuenta en entrevista para Revista Existencia cómo aplica la fenomenología en sus trabajos y cómo la fue desarrollando durante su trayectoria profesional y en sus propias cotidianidades. Ejemplo de ello es su investigación “Del vértigo a la verticalidad: un ejemplo de diseño fenomenológico en arquitectura”, en la cual conversa con la naturaleza, la observa y ve la relación entre la altura de las copas de los árboles y la inclinación del suelo “Ese fenómeno, aquí está pasando algo, me pasa algo con el cuerpo, se me apreta la guata”, sostiene.
El académico también comparte la fenomenología con sus estudiantes de arquitectura para transmitir una forma de ver el mundo, donde ellos han percibido sus propios fenómenos aplicando esta metodología con las personas y los lugares “Una alumna descubrió en una biblioteca que el aroma de la madera le traía la presencia del hogar de sus padres. Y a mí lo que pasó es que me conecté con esos lugares a través del relato”.