Un año en paréntesis

A Year in Parentheses


¡Y aquí estamos de nuevo! Otro año que se va. Sin embargo, no ha sido un año cualquiera, desde mi perspectiva ha sido un año entre paréntesis.

Según la RAE[1], el paréntesis es un signo ortográfico que se usa para insertar en un texto una información complementaria. Es utilizado para insertar una aclaración, un dato o precisión, así como también introducir opciones, todo ello para mayor claridad del escrito.


[1] Real Academia Española

En referencia a ello y analizando hoy este paréntesis del 2020 podemos preguntarnos ¿qué tuvimos que aclarar en nuestra vida?, ¿Qué dato nos aportó? ¿Qué opciones nos dio para tener una mayor comprensión de nuestra existencia?

En la vorágine del tiempo no siempre nos detenemos a mirar cómo la vida nos sucede y cuán participes somos de ella, por lo que cabe preguntarnos aquí ¿vivimos o existimos? Para vivir sólo necesitamos nuestras funciones biológicas básicas que nos permitan seguir respirando. Pero existir, eso requiere de un compromiso personal, un tomar conciencia de nuestra presencia en este mundo, una actitud hacia la vida, aún en aquellos momentos donde nos remese. A veces la vida da un vuelco y simplemente todo a lo que estábamos acostumbrados cambia, da un giro y nos golpea, nos conduce a pérdidas inesperadas. No lo podemos controlar, se nos escapa de las manos, simplemente… sucede. Pero aún ahí, cuando sentimos que no podemos hacer nada, aún ahí podemos preguntarnos si es posible soportar el momento, con el dolor, con todo lo que implica para nosotros. Incluso decidir, solamente dejar ser la tristeza, en ese momento… solo sintiendo, dándonos el espacio, permitiéndonos el dolor.

La vida simplemente sucede y a veces no nos queda más que aceptar, que aunque nos duela, no podemos hacer nada más, sólo estar en ese momento sintiendo, conectándonos con el valor que tiene para nosotros lo que hemos perdido.

El paréntesis de este año también nos obligó a detenernos y conectarnos con nosotros mismos, con valores que no habíamos considerado hasta ahora, o habíamos perdido. Valores vivenciales como los abrazos (¡cuánto se valora algo cuando no se tiene!), las reuniones familiares o con amigos. Somos seres gregarios, por lo tanto el valor más profundo de nuestras vivencias se da en el encuentro con otros. Los valores creativos aparecieron ante la capacidad de reinventarnos y de crear nuevas formas de seguir trabajando, “online”, “teletrabajo”, “delivery” etc. Y finalmente nuestra actitud ante la vida. No podemos controlar lo que en la vida sucede, pero sí podemos decidir con qué actitud afrontarla.

Espero que en el lienzo en que hemos escrito nuestras vidas, este paréntesis tenga un propósito y podamos aprovechar la oportunidad de aclarar el texto y ver cómo continuamos su escritura.

La vida no se detuvo, la vida se transformó. En nosotros está la responsabilidad de tomar esta oportunidad y ver qué hacemos con ella.

Un abrazo fraterno

Carolina Cabrera Tamayo

Psicóloga Clínica
Formación en Psicoterapia en Análisis Existencial
Santiago, Chile

ps.carolina.cabrera.t@gmail.com

Más sobre

Tags:
Chile
Editorial
Nº 31 - 2020