Trastornos de Alimentación y la Experiencia del Cuerpo
Entre los trastornos psicológicos, los Trastornos Alimentarios (TAs) tienen la tasa de mortalidad más alta (Arcelus, Mitchell, Wales y Nielsen, 2011) y tasas de recaída alarmantemente altas (Carter, Blackmore, Sutandar-Pinnock, y Woodside, 2004; Steinhausen, 2002). Los enfoques actuales para la definición y el tratamiento de los TAs enfatizan las características externas del cuerpo (peso, forma) y los patrones de alimentación (American Psychiatric Association, 2013). Los indicadores de mejoría son la recuperación de peso y los cambios en la conducta alimentaria y creencias cognitivas. Irónicamente, este enfoque refleja la misma preocupación por el peso corporal y el comer, que lleva al desarrollo de los TA. Además, los modelos de tratamiento dominantes se dirigen a los síntomas aislados, sin considerar a la persona completa y sin tomar en cuenta el conflicto fundamental de estos pacientes: el cómo vivencian su corporalidad.
En este artículo, ofrecemos una conceptualización de los TAs e introducimos estrategias prácticas para abordar este sufrimiento, desde una perspectiva existencial centrada en la persona utilizando el marco del Análisis Existencial (AE). El AE elabora un modelo estructural de la existencia humana fundado en cuatro motivaciones existenciales fundamentales (Längle, 2003), y un modelo de proceso dinámico para encontrarse a uno mismo, a los demás y al mundo a través del diálogo y la activación de capacidades personales. Para una discusión detallada del marco AE aplicado a los TAs, ver Launeanu & Kwee, en prensa.
Restauración de la Experiencia del Cuerpo como Estructura Existencial (1º MF)
Nuestro cuerpo representa la estructura física fundamental de la existencia. Nuestro cuerpo nos contiene y nos protege, nos da espacio interior y exterior, y nos sostiene a lo largo de la vida. Nuestros cuerpos representan la fuerza; el ser capaces de lograr cosas con nuestros cuerpos nos proporciona una sensación de poder y confianza.
Los TAs privan a la persona de estos recursos claves y cobran un precio alto a su capacidad de estar en el mundo como un individuo corpóreo. Esto, a su vez, provoca una gran ansiedad. En lugar de experimentar la fuerza y la protección de sus cuerpos, quienes sufren de TAs se esfuerzan sin descanso para reducir el tamaño de sus cuerpos. La corporalidad del cuerpo que nos proporciona esencia física se convierte en una carga detestable que debe ser extinguida. La materialidad de nuestros cuerpos que proporciona estabilidad y apoyo se convierte en una capa pesada que aplasta a la persona que está debajo. El espacio físico reconfortante de nuestro cuerpo donde podemos descansar y recargar se convierte en una prisión de carne y hueso.
Los psicoterapeutas que trabajan con pacientes que sufren de TA, pueden ayudarlos estimulándolos a que se contacten y tomen conciencia de su propio cuerpo, participando en diálogos conscientes con él (por ejemplo, ejercicios de visualización). Recuperar el espacio amplio interior del cuerpo a través de ejercicios de respiración, el estiramiento, la relajación muscular progresiva, movimiento terapéutico, y yoga; cultivar la experiencia de estar en el espacio del cuerpo y ocupar espacio en el mundo (Kwee y Launeanu, en prensa). Además, los terapeutas pueden invitar a los pacientes a reflexionar sobre la experiencia de su cuerpo con preguntas como: ¿Dónde me siento sostenido por mi cuerpo? ¿Dónde me duele en el cuerpo? ¿Puedo apoyarme en mi cuerpo? ¿Cómo me sostiene mi cuerpo?
Despertando el Cuerpo Sensual Vivido (2o MF)
Nuestro cuerpo no es una estructura vacía, fría que se relaciona sólo con el aspecto físico de nuestra existencia, sino que es vibrante y lleno de vida, sensualidad y emociones. Nuestros cuerpos hierven a fuego lento con la vida y la emotividad. A través de nuestros sentidos nos relacionamos con la vida, con sus placeres y con sus dolores. Vemos y disfrutamos de la belleza del mundo que nos rodea, saboreando una deliciosa comida, disfrutando de una caricia reconfortante o de un abrazo apasionado, sufrimos dolor, y lloramos nuestras pérdidas. Dentro de y a través de nuestros cuerpos experimentamos las etapas de nuestra vida y nos relacionamos con los demás y con nosotros mismo, como seres físicos.
Esta capacidad de saborear y disfrutar de una vida corpórea se desvanece dramáticamente cuando alguien desarrolla un TA. El flujo de experiencia emocional que se impregna e irradia a través de nuestros cuerpos está inhibido por el peso de las actividades cuidadosamente planificadas destinadas a mantener a raya el peligro de sentir. La comida y el disfrutar de los alimentos ya no es nutritivo ni sensual, por lo que se vuelven actividades aterradoras, que son drásticamente limitadas, controladas, y evitadas. Las relaciones con los demás se vuelven escasas y superficiales y tienden a extinguirse, porque confunden y se sienten amenazantes, evocando sentimientos insoportables. El cuerpo, desprovisto de la nutrición de la comida y la calidez de las emociones, se transforma en un objeto extraño intensamente despreciado y odiado.
Las vías para cultivar el cuerpo sensual en la psicoterapia incluyen la apreciación artística y la expresión, la poesía, la danza y el movimiento, el disfrute de la naturaleza, la jardinería y la sexualidad (Kwee y Launeanu, en prensa). Es esencial ayudar a los pacientes a reducir la velocidad, para saborear la belleza y el placer en las actividades e interacciones cotidianas, no sólo las relacionadas con los alimentos. El cuerpo relacional se experimenta pasando tiempo con los demás, el contacto visual, la cercanía y el contacto físico. La capacidad de experimentar la cercanía también se puede cultivar en la relación psicoterapéutica: ¿Puedo experimentar la calidez de ser atendido, sintonizado, dado tiempo y atención total? (Kwee y Launeanu, en prensa).
Restaurando la Unidad del Cuerpo-Ser: Soy Mi Cuerpo (3a MF)
La experiencia de tener un cuerpo que contiene, apoya y nos permite disfrutar de la vida y sentirse vivo se complementa con el darse cuenta de que ‘mi cuerpo no es solo mío, sino que también yo soy mi cuerpo’. Esto significa que quien soy en esencia brilla a través de la fisicalidad de mi cuerpo. En la experiencia de ‘Yo soy mi cuerpo’, siento que mi persona y mi cuerpo están integrados y unidos, siento que mi cuerpo me corresponde a mí, y no es sólo un objeto al que me refiero, sino la encarnación de quien soy esencialmente.
Para las personas que luchan con los TAs, la afirmación ‘Yo soy mi cuerpo’ provoca ansiedad y sufrimiento intenso. Dado que ellos experimentan sus cuerpos como prisiones carnales y desconectadas de la vida y de sí mismos, aborrecen la idea de ser su propio cuerpo. Como resultado, experimentan una división entre cómo se definen a sí mismos y a sus cuerpos. El cuerpo es el enemigo, el objeto extraño que acecha sus sueños de perfección y sus anhelos espirituales. La unidad de la experiencia del cuerpo-como-persona es destruido, y con ella, la integridad lógica psico-somática de la persona: me opongo a mi cuerpo, lucho contra mi cuerpo, lo someto, y, al hacerlo, me pierdo a mí mismo.
Como terapeutas, podemos usar diferentes intervenciones para estimular a los pacientes a reflexionar sobre el tema de ser el cuerpo: ¿Siento que mi cuerpo corresponde a quién soy? ¿Siento que mi cuerpo está llevando y expresando mi persona, mi esencia única en este mundo? ¿Siento que mi cuerpo es de hecho mi cuerpo o se trata de un cuerpo extraño a mí? ¿Hay alguna actividad en particular o quizás otras personas que me ayuden a sentirme en mi cuerpo? (Kwee y Launeanu, en prensa). Desarrollar la sensación de aceptación del propio cuerpo resulta una tarea difícil, que avanza lentamente, a pequeños tramos y que no se logra a la perfección.. Aquí hay algunas sugerencias para reflexionar sobre este tema de la auto-aceptación del propio cuerpo: ¿Qué puedo aceptar de mi cuerpo? ¿Me acepto en mi cuerpo? ¿Acepto mis defectos y también lo que valoro de mi cuerpo?
Reclamando el Sentido del Cuerpo (4ª MF)
El cuerpo es esencial para nuestro llegar a ser y para encontrar y vivir el sentido en nuestras vidas. A través de los cambios experimentados en el cuerpo, experimentamos nuestras vidas como referidas al tiempo, en un estado continuo de flujo y transformación. Encontramos sentido en las actividades que son posibles gracias al propio cuerpo y así también él es capaz de generar por sí mismo nueva vida y sentido (como en el caso de la danza interpretativa, el nacimiento de un niño, etc.) En la capacidad de moverse y crear, experimentamos la libertad, el sentido y la capacidad de ser.
Los TAs restan libertad, movimiento creativo y experiencia de sentido en las actividades corporales. Por el contrario, las personas que se enfrentan a un TA hacen de su cuerpo un proyecto, encontrando un sustituto del sentido al moldearlo a la fuerza y en forma mecánica para convertirlo en un objeto deseable definido por una determinada forma y peso.
En la psicoterapia, una pregunta clave relacionada a la creatividad vivenciada a través del cuerpo es: ¿Qué buena o valiosa posibilidad podría venir a este mundo a través de mi cuerpo? Para experimentar la creatividad corporal, uno debe involucrarse en actividades físicas que sean elegidas y disfrutadas libremente, y que reflejen los propios deseos y preferencias. Por lo tanto, el terapeuta puede animar a los pacientes a reflexionar sobre las siguientes preguntas: ¿Participo en actividades físicas tales como bailar, practicar deportes, yoga, etc.? ¿Disfruto de estas actividades? Elijo estas actividades y me siento libre, mientras las practico? ¿Qué aportan estas actividades valiosas a mi vida? ¿Contribuyen a mi vida, a mi bienestar o los hago como un medio para lograr un objetivo (por ejemplo, no aumentar de peso)? (Kwee y Launeanu, en prensa).
Referencias
American Psychiatric Association (2013). Diagnostic and Statistical Manual of Mental Disorders (5th ed). Washington, DC: American Psychiatric Association.
Arcelus, J., Mitchell, A. J., Wales, J., & Nielsen, S. (2011). Mortality rates in patients with anorexia nervosa and other eating disorders: A meta-analysis of 36 studies. Archives of General Psychiatry, 68(7), 724-731. doi:10.1001/archgenpsychiatry.2011.74
Carter, J. C., Blackmore, E., Sutandar-Pinnock, K., & Woodside, D. B. (2004). Replase in anorexia nervosa: A survival analysis. Psychological Medicine, 34, 671-679. doi:10.1017/S0033291703001168
Kwee, J. & Launeanu, M. (in press). Practical strategies for promoting embodiment in eating disorder prevention and treatment. In H. L. McBride & J. L. Kwee (Eds.), Embodiment and Eating Disorders: Theory, Research, Prevention and Treatment. New York: Routledge.
Längle, A. (2003). The method of “Personal Existential Analysis.” European Psychotherapy 4(1), 37-53.
Launeanu, M. & Kwee, J. (in press). Embodiment: A non-dualistic and existential perspective on understanding and treating disordered eating. In H. L. McBride & J. L. Kwee (Eds.), Embodiment and Eating Disorders: Theory, Research, Prevention and Treatment. New York: Routledge.
Steinhausen, H. C. (2002). The outcome of anorexia nervosa in the 20th century. American Journal of Psychiatry, 159, 1284-1293.