Aprovechar las oportunidades de nuestras propias vidas: Un llamado a la creatividad

Embracing the Opportunities of Our Own Lives: A Call to Creativity


Queridos Lectores:  

Me imagino que usted, como todos en algún momento, se haya sentido atrapado o bloqueado en la vida. Tal vez ha mirado a un objetivo particular y algo se interpuso en el camino, como perder un trabajo o una relación.  O tal vez se haya sentido atrapado por la ausencia de un objetivo u orientación. En este editorial, me gustaría presentarme a usted como una artista. Me atrae la belleza – en la naturaleza, las personas, los textiles, la fotografía, la poesía y en todas partes donde puedo encontrarla – y siempre quiero estirar los límites de lo que se espera para crear nuevas y diferentes posibilidades, con un anhelo también de introducir belleza al mundo. Presento la idea de ser un artista como una visión para abarcar creativamente las oportunidades de la propia vida, como una visión para realizar una existencia plena en el marco analítico-existencial. En mi caso, a pesar de mis manualidades y pinturas infantiles que colgaban orgullosamente en la casa de mis padres, confieso que no estoy entrenado y técnicamente capacitada en ninguna forma particular de arte visual. Por esto, mis propios hijos se reirían de la caracterización de que soy una artista. Pero esto no es lo que quiero decir. Soy una artista igual como usted es artista, en el sentido de que somos personas que se enfrentan con las oportunidades creativas de nuestra propia existencia. Los artistas trabajan con medios particulares, cada uno con sus propias limitaciones y posibilidades. Los llamados “errores” se pueden incorporar a nuevas posibilidades. La belleza emerge a través de un proceso reflexivo y dialógico.  

En el marco del Análisis Existencial, la vida humana es una oportunidad creativa, una oportunidad para algo, nunca una realidad fija. En cada una de nuestras vidas hay una oportunidad creativa para ser y llegar a ser. Estas oportunidades surgen en la alegría y en el sufrimiento, en situaciones de posibilidades aparentemente amplias y en situaciones de restricción. Uno no cumple automáticamente el propósito de la vida al nacer, crecer, ser educado, estar en relaciones con los demás, tener trabajo, o “tener éxito”.  En cambio, se accede a la existencia cumplida o significativa a través de cada persona quien está en diálogo con uno mismo y con el mundo.   Se desarrolla cada vez más a medida que aprendemos a dar nuestro “sí” a estar en la vida. Este “sí” o “consentimiento interno ” se da en un intercambio dinámico con uno mismo y con el mundo.  

En esta capacidad de aceptar oportunidades realistas en nuestras propias vidas con el consentimiento interno, ejercemos nuestra libertad de quienes somos, descubriendo una forma responsable de tratar con la vida y el mundo. Las oportunidades de nuestras propias vidas no son fantasías hipotéticas o listas de deseos, sino que están arraigadas en el sudor y el trabajo duro, las limitaciones financieras, las enfermedades, las pérdidas y las relaciones imperfectas de nuestras propias vidas. Una vida significativa y subjetivamente “buena” con consentimiento interno no es una vida ideal o de cuento de hadas, sino una vida en la existencia verdadera de cada uno, donde nos encontramos y tomamos una posición hacia las realidades particulares del mundo y dentro de nosotros mismos. Mientras que las realidades externas a menudo son más fácilmente observables y medibles, las realidades internas, incluidos los propios sentimientos, deseos, esperanzas y ansiedades, son tan importantes para el diálogo interior. Para tratar con uno mismo y el mundo, se requiere diálogo y posicionamiento hacia las realidades internas y externas.    

En mi trabajo como psicóloga, a menudo trabajo con los pacientes que ingresan a la psicoterapia con una actitud hacia su sufrimiento la cual describo como, “si solo: Si solo mi compañero hiciera…; Si solo mi enfermedad o discapacidad pudiera curarse…; si solo tuviera más dinero En lugar de estar en diálogo abierto con lo que es, la mentalidad de si solo mantiene a la gente esperando que las cosas cambien, y no ver sus oportunidades actuales. Todo el sufrimiento que lleva a las personas a la terapia es verdadero dolor. Como persona en este encuentro, también estoy conmovido por este sufrimiento. Encontrar la oportunidad de darse cuenta de que es una persona en la propia vida requiere volverse hacia lo que está allí, incluso sentir dolor y pesar. A menudo, mis pacientes me escuchan invitarlos a la realidad de las oportunidades en su propia vida recordándoles, “la única vida que puedes vivir es la tuya” y de manera similar, “tú eres la única persona que puede vivir tu propia vida”.  Estar vivo es una invitación a tu propia existencia. Intento transmitir esto no como una carga sino como una invitación para que un artista aparezca para realizar una obra maestra única. La persona es el artista, y la propia vida es la obra maestra que hay que vivir de forma creativa.  

Las revistas de celebridades, medios de comunicación social, y la cultura popular nos llevan a fantasías de como aparece la hermosura en la vida. Vemos imágenes retocadas de las casas aparentemente perfectas de otras personas, cuerpos perfectos, vacaciones de ensueño y relaciones engañosamente armoniosas. Estas fantasías son seductoras y pueden distraernos de nuestras propias posibilidades subjetivas de realización. Dar el consentimiento interno es una capacidad que es posible como resultado de experimentar realmente estar en la vida, tal como es, para que podamos vivir hermosa y libremente. Damos nuestro consentimiento a las decisiones cotidianas tanto como a las grandes. ¿Cuál es tu situación real en la vida? En su propia situación, ¿a qué le está diciendo “sí”? Qué desafíos enfrentas? ¿Dónde sientes dolor? ¿Dónde te sientes conmovido? ¿Dónde sientes alegría?  

En este número de Existencia ,* Llamo su atención a las contribuciones estimulantes que ofrecen perspectivas relacionadas con abarcar las oportunidades de la propia vida. En “El síntoma como oportunidad de maturación“, José Martín Maturana Silva explora la transformación potencial de experimentar síntomas de angustia psicológica como molestias simplemente para eliminarlos hacia verlos como guías para acercarnos a nosotros mismos y a la vida propia. En esta transformación, los síntomas representan oportunidades de crecimiento y realización. Claudia de la Cerda Serrano, en su artículo titulado “Aproximación a las urgencias médicas desde el análisis existencial”, ofrece una visión íntima de sus experiencias de decir “sí” a su propia vida como paramédica mientras acompaña a los demás en momentos críticos, con amor y compasión. Andrés Gottfried ofrece una reseña de un libro de René Trossero, “¿Y si nos amáramos?“, quien reflexiona sobre la posibilidad transformadora de amar verdaderamente al prójimo. En nuestro artículo, “Restaurando la corporalidad vivenciada: Un enfoque analítico-existencial para los trastornos de alimentación”, mi colega Mihaela Launeanu y yo proporcionamos una reflexión sobre las oportunidades de decir “sí” a nuestra existencia corporal, con un énfasis particular en cómo el Análisis Existencial ofrece un marco para trabajar con los trastornos alimentarios. En el artículo extendido presentado en este número, “Introducción a la alta magia Mapuche desde una mirada analítico-existencial y logoterapéutica”, José Gengler elabora una integración de Análisis Existencial y Logoterapia con la cosmovisión del antiguo pueblo Mapuche.  

Mientras usted navega este número y se entrega al diálogo con los artículos, le animo a reflexionar sobre su potencial artístico para vivir su propia vida de manera creativa, para aprovechar las oportunidades de su propia vida. Permítese ser llamado a las posibilidades creativas dentro de usted mismo y frente a su vida ¿Qué está surgiendo?  

* Un agradecimiento muy especial a Daniel Parker, Tanya Kliefoth, Mihaela Launeanu, Marcela Mesías y Roberto Arístegui por ayudar con las traducciones para este número.  

Dr. Janelle Kwee, Psy.D.

Registered Psychologist (R.Psych., BC)
Existential Analysis Society of Canada
Trinity Western University 

janelle.kwee@twu.ca

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Canadá
Editorial
N° 23 - 2018