A México le tocó el turno de mostrar acciones con Sentido.

It is Mexico's turn to demonstrate actions with meaning


Quien tiene un “porqué para vivir, encontrará casi siempre el Cómo”  

 Nietzsche citado por Viktor Frankl (1946) 

El pasado 19 de septiembre en México fuimos sacudidos por un terremoto. Todos sus habitantes hemos sido testigos de acciones con sentido, que no se han detenido. Los habitantes de la ciudad hemos despertado y nos hemos sensibilizado para abrirnos al diálogo y a la cooperación. Allí están libre y solidariamente cientos de personas, de pie entre los escombros de lo que fueron hogares; con los puños en alto que piden silencio para escuchar a los que viven; con cantos de “Cielito Lindo” que salen del corazón, el júbilo por los vivos, y una energía que surge por los cuerpos sin vida para regresarlos a sus familias. Las cadenas humanas para retirar los escombros y las losas; las filas en donde reparten alimento después de largas jornadas de trabajo, que nos reconforta en el cuerpo y en el alma, alimentos que evocan recuerdos, y que son tan nuestros como pan, tamales, atole etc.; manos distribuyendo medicinas y herramientas, jóvenes dirigiendo el tránsito vehicular, informando sobre el cierre de calles, dando acceso a ambulancias, rescatistas, y voluntarios.  

De acuerdo con la teoría del Análisis Existencial la pregunta por el sentido surge de 3 estructuras importantes para poder concientizarla: Campo de acción, un contexto valorado y valor en el futuro.  

Campo de Acción

Primero nos encontramos con la importancia de un intercambio dialógico con el mundo para comprender el contexto y dar una respuesta.  

La responsabilidad como una exigencia de la existencia requiere “la mejor respuesta ante la situación” que pide una correspondencia con la situación real que surge desde una referencia, y vista desde una perspectiva existencial hablamos del concepto de relación, desde la libertad y que sea de mi incumbencia, que tenga que ver conmigo y con lo que de mí deviene.  

Los temblores de la tierra nos han dado la oportunidad de ver al ser humano no como el individuo de una gran ciudad, que está corriendo de un lado a otro sin tener tiempo, ajeno y apático a lo que sucede a su alrededor. Nos comportamos como hermanos; ahora aparece ante la desgracia la persona, un ser humano hasta ahora desconocido, que nos muestra lo que podemos ser, nos conmueve la aparición de nosotros, darnos cuenta que el valor fundamental de la vida, de la vida de cada quien depende en gran medida de todos. Por estas acciones nos sentimos con entusiasmo y orgullosos.  

Merece dar un reconocimiento especial a los jóvenes de nuestro país que respondieron y realizaron actos heroicos, a pesar de los prejuicios sobre los “Millennials”, de jóvenes ensimismados, apáticos y con la desesperanza en su vida y en su futuro, ahora respondieron a una realidad que los necesitaba demostrando que también pueden estar conectados y sensibles a lo que acontece en su entorno. Con su ejemplo nos mostraron un rostro que no conocíamos, tomaron el liderazgo en sus manos en completo orden, organizaron brigadas para acudir al siguiente sitio que se necesitaba, eso fue muy conmovedor.  

Los jóvenes demostraron con sus actos que pueden estar conectados no sólo a los teléfonos y computadoras sino estar conectados con las fibras más sensibles, y andar el camino abierto a las posibilidades que se presenten. Abriendo los ojos al mundo en el que estamos, “abiertos a la vida”  

“Ser humano significa estar-en-cuestión, Vivir es dar respuesta” Alfried ngle.(2005)  

Un Contexto Valorado.  

Para el Análisis Existencial, el objeto intencional de la voluntad es un Valor.   

Cada “yo quiero” tiene un “porqué”  

Las razones alentadoras, que nos dejan áreas para el aprendizaje pertenecen al ámbito de la persona, de la intencionalidad del ser humano que lo mueve a la búsqueda de sentido. Más que el deseo de quedarse en una zona placentera de confort y más que la búsqueda de poder, el hallazgo de sentido exige antes que nada posponer los propios deseos e ideas para, en cambio sintonizarse con la situación.   

Ahora lo que más vimos fueron jóvenes dispuestos a arriesgar su vida por salvar la de quien fuera que necesitara y que podríamos ser cualquiera, tú o yo.  

Las acciones emprendidas no sólo salvaron vidas, también con su valentía rescataron nuestra presencia y compromiso que se lo había robado el miedo, la violencia y la corrupción; también salvaron nuestra esperanza; reivindicaron frente al mundo el rostro admirable del pueblo mexicano, pero de forma especial el rostro de los jóvenes.  

Los ciudadanos, las personas que aquí habitamos, despertamos y mostramos   esa energía que encuentra un propósito común, un bien común que es el rescatar a quienes quedaron atrapados.  En esta experiencia de vida, nos hace iguales en el dolor, la muerte que se acerca y nos muestra su rostro, nos iguala en la vulnerabilidad; también nos iguala en el deseo de ayudar desde los propios recursos y capacidades, pero queremos ayudar y para ello es ahora, en el presente dar   lo que sirve, lo que salva, lo que nos permita ser y nos muestre lo que podemos ser, lo que nos ayude a vivir plenamente.  

Tiempo para el duelo.   

La pregunta por el sentido se produce de manera más dramática para el ser humano – sin importar la edad o la etapa de la vida- cuando debe lamentar una pérdida importante. (Frankl, 1987).  

El sentido existencial del sufrimiento inevitable:   

 A nivel del ser    —————  ¿Puedo soportar el sufrimiento?   

A nivel del valor —————  ¿Cómo llevo el sufrimiento?  

A nivel personal  ————–  ¿Qué seria propio de mí?  

A nivel del sentido ————  ¿Para quién llevo el sufrimiento?  

Para cada persona hay posibilidades en cuanto al cómo llevar el sufrimiento. A menudo son posibilidades silenciosas que no se ven desde el exterior, que solamente se conciertan con la propia persona.   

México se siente triste. La tristeza es el sentimiento predominante, llorar por la muerte de quien nunca conocimos.  

Para honrar la memoria de las víctimas, la peor forma sería sumirnos en un estado de depresión y lamento que nos inmovilice.  

Que no nos detengan los cínicos, los carentes de cualquier concepto ético que lucran con la miseria ajena, y que se apropian de lo ajeno para sus propios negocios e intereses egoístas.   

La unión, la solidaridad, la entrega, impulsados por una inquebrantable fe en el futuro que nos espera después de la destrucción. Los mexicanos saldremos adelante, con la cara en alto porque fuimos puestos a prueba y respondimos de manera admirable y orgullosos salimos adelante.  

Hemos sido activos, reaccionamos, respondimos; nos sacudimos el desánimo y despertamos.  

México ha sido víctima y testigo de tanta muerte; nos hemos ganado el derecho a la vida con la responsabilidad que ello conlleva.   

Valor en el futuro  

El contenido de las tareas son valores en el futuro.  

Se trata de la pregunta ¿para qué? ¿para qué sirve lo que ha pasado? ¿tiene algo que ver con la vida? Ya que, cuando nada valioso puede devenir; eso es la muerte, el fin.  

Preguntar por el sentido significa por ello también hacer una “pregunta fundamental”. Preguntar por el sentido es buscar lo fundamental, lo original.  

El sentido se vuelve completo recién una vez que se vive y se introduce al mundo mediante una acción. Con ello el ser humano realiza su responsabilidad para con la situación y ante su propia existencia al comprometerse  

La reactivación a la vida.  

La vida debe continuar. México necesita ponerse de pie y continuar avanzando.  

La pregunta que surge es si ¿será posible mantener encendida la luz de la conciencia… el compromiso, la participación activa libre, que nos mantenga como participantes   de nuestra historia, nuestro mundo, nuestros actos, y no nos deje a un lado como espectadores…?  

Se piensa que es imposible sostener por mucho tiempo este trabajo con la misma energía. Pero se puede esperar que el impulso tomado hoy deba traducirse en un nuevo aliento, que quede una chispa que se 

pueda transformar en compromiso, participación activa, y un propósito con sentido. 

Poner las manos, ocuparnos, ver hacia el futuro sin olvidar el pasado y viviendo activamente en el presente.  

¿Después de lo vivido el objetivo será volver a la normalidad?  

El concepto de normalidad concebido como antes de la tragedia, puede ser la peor amenaza, y un gran retroceso, una parte de esa normalidad ya no existe.  La realidad exige una comprensión de lo nuevo, una configuración de situaciones.   

Lo que sigue después del temblor es la reconstrucción material y personal.   

Hemos pasado al mundo de lo concreto de los hechos, de la experiencia, dejando el mundo de lo abstracto.  

El transito que ocurrió no nos puede llevar al mismo sitio, de desesperanza, apatía, miedo, ensimismados en la rutina, teléfonos, audífonos y computadoras, “cerrados para la vida”.  

Mañana saldrá el sol y los mexicanos no podremos ser los mismos porque quedan para la eternidad las acciones emprendidas, nadie nos las podrá arrebatar. Lo hecho, hecho está, ojalá no se quede en sólo un evento.  

Empieza otra etapa: la reconstrucción, que nos requiere, nos reclama, que nos llama, espera una respuesta, la mejor respuesta ante la situación, así como surgió la mejor respuesta en el temblor, que nos dio un impulso y que ahora ese impulso se traduzca en la motivación, en ¡Fuerza México!  

La Tarea para adelante, para la brigada humana, para la brigada mexicana: con las piedras de las ruinas hacer otra ciudad. Otro país. Otra vida. Levantar y levantarnos (José Emilio Pacheco, en “Las ruinas de México”, 1985). 

“Me saco de la dependencia y me arriesgo a mí mismo para lo importante; gano y realizo mi libertad” (Alfried Längle2005)

La realidad del temblor, el valor de los jóvenes y ciudadanos, la ayuda de tantos países que se dirigieron en libertad a estar presentes a dar la mejor respuesta con acciones urgentes, son las condiciones necesarias para experimentar el sentido.

Bibliografía. 

Frankl, V. (1991). La voluntad de sentido. Barcelona. Ed. Herder. 

Längle, A. (2008). Vivir con sentido. Argentina. Lumen. 

Längle, A. (1990). Ser y Sentido. Conferencia dictada en el IV encuentro Latinoamericano y V Congreso Argentino de Logoterapia. 

Längle, A. (2005) Manual 4a. Motivación Fundamental. La condición básica del sentido en la vida. 

María Elena Ramírez

Psicóloga Clínica Análisis Existencial
Directora CEMAEL

me.ramirez@cemael.com

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N° 22 - 2017