“El violentador eres tú” Comprendiendo las reacciones psicodinámicas en el estallido social chileno

"The violent one is you" Understanding the psychodynamic reactions in the Chilean social outbreak


El colectivo “Las Tesis” (Chile), ha dado visibilidad al tema del histórico abuso (violación) hacia las mujeres, con una “performance” que ha dado la vuelta al mundo. Esa explosiva difusión, da cuenta de la ira e impotencia ante el trato vejatorio, indigno y criminal que hemos padecido y padecemos muchas mujeres a lo largo de la historia.  Y la culpa no era mía, ni dónde estaba, ni cómo vestía”.

Al mismo tiempo, da cuenta de algo mucho más abarcativo que ocurre (al menos en Chile).

Ya Gabriel Traverso lo describe en su artículo “¿Chile en llamas o Chile me llama?”, en este número de la revista. Esas mujeres (colectivo Las Tesis), lúcidas y creadoras, nos dan un mensaje que yo quisiera ampliar hacia una sociedad entera abusada y violentada.

Para poder comprender y comprendernos en esta explosiva reacción, que a muchos ha sorprendido (aunque varios lúcidos ya lo esperaban), se me hace necesario dar una lectura desde el Análisis Existencial contemporáneo (Längle), al aspecto más agresivo de la misma.

Los seres humanos (también los animales), portamos reacciones de protección (de coping, en adelante RC), que son conductas reactivas – automáticas – y que sirven para la inmediata defensa de una situación amenazante. Son “reacciones de sobrevivencia”. Se desencadenan por causa de una cierta (no total) impotencia, o sea, de una momentánea sobreexigencia de la capacidad de elaboración. No las elijo, no las decido. Y si bien, no resuelven el problema, por un breve período me mantiene a salvo. Mi psique y mi cuerpo muchas veces sobreviven gracias a ellas.

A continuación, hago una breve enumeración de ellas en los cuatro diferentes planos de nuestra existencia. Más adelante me detendré en un nivel de estas reacciones psicodinámicas (el de la agresión) para intentar comprender lo que vemos en nuestro adolorido y siniestrado país:

Cuando mi cuerpo y/o mi psique está en riesgo (nivel basal, ontológico de la existencia), surge el miedo, la angustia. A partir de ello se desencadenan las cuatro reacciones de protección para su salvaguarda: huida; rebeldía y lucha; también el odio (que busca eliminar lo temido); y finalmente la parálisis.

Pero no todo se trata de sobrevivencia, pues también hay otra dimensión existencial: el de la vida misma, el gusto por sentirla, su cercanía, su valor. Aquí nos situamos en el nivel axiológico de la existencia. Cuando algo/alguien que ha sido de valor para mí, me es arrebatado, emergen otras cuatro RC vinculadas a este segundo nivel, las que buscan mantener o recuperar la relación con aquello: el retraimiento (para no sentir el dolor); reagruparnos; la rabia (que clama: “¡lucho por lo valioso”!); la resignación.

Además de las dimensiones ontológica y axiológica, y pienso que la más notoria en esta crisis que vivimos en Chile, está la dimensión del ser persona y del encuentro con el otro. Para construir una identidad propia (y con ello una autoestima), requiero recibir de ese otro, consideración, un trato justo y aprecio por aquello que me hace distinguible.

Cuando una sociedad es traspasada por una cultura mercantilista, materialista e individualista; cuando no somos legitimados por el Estado, como individuos valiosos, esenciales; cuando lo mío propio (mis dolores, mis capacidades, mis intereses, mis dificultades), no tiene lugar, y soy pasado por alto; cuando no logro que lo mío sea aceptado; cuando siempre alguien impone su voz sobre la mía, siendo ignorado, no visto, emergen con fuerza las cuatro RC necesarias para la propia sobrevivencia, la sobrevivencia de mi ser persona: tomar distancia; activismo (intento de reparación por injusticias sufridas). También la ira, que emerge cuando no he sido vista/o, tenido en cuenta, tratado de forma injusta, no he sido tomado en serio, ignorado. Y cuando es demasiado, surge la disociación (o la escisión) como protectoras de la existencia.

La última dimensión que plantea el Análisis Existencial (y la Logoterapia) es la del sentido. Una existencia, un quehacer, vivenciar y de encuentro, sin un sentido a la vista, también causa un profundo sufrimiento, con sus consecuentes RC: indiferencia, ante todo, como protección contra el entregarse por nada. Anestesiar el problema: usar el alcohol para luchar contra el sufrimiento en la carencia de sentido, para hacer más soportable el contexto y aguantar de mejor manera la situación. Fanatismos; vandalismo, cinismo, sarcasmo; y finalmente la desesperanza.

Quiero repetir para que quede muy claro: las reacciones psicodinámicas (reacciones de coping -RC) son puro impulso. No hay elección ni decisión. Pura “pulsión” de sobrevivencia, muy propio de la naturaleza. El ser humano, su biología, psique y su espíritu quieren, anhelan, necesitan sobrevivir.

Pero…cuando algo amenaza dicho camino, emergen con toda su fuerza protectora, estas RC que protegen esa existencia.

Muy sucintamente enuncié los diferentes niveles de estas RC, que aparecen en las cuatro condiciones de la existencia (ontológica, axiológica, interpersonal y de sentido). Sin embargo, me gustaría detenerme en el 3er nivel de éstas, que irrumpe con la máxima potencia para (intentar) asegurar la vida: el nivel de la Agresión, que moviliza al máximo las fuerzas en las situaciones subjetivamente sentidas como inevitables.

Vamos mirando lo que ha ocurrido en estos más de 30 años en nuestro violentado país para poder comprender las reacciones psicodinámicas en su 3er nivel (agresión):

La dimensión más fáctica y concreta, nuestra sobrevivencia física, ha sido absolutamente vulnerada en estas décadas, por un sistema de salud cooptado por la empresa privada. Sólo tiene acceso a ella quien tiene dinero. El sueldo promedio en Chile (menos aún el mínimo) apenas alcanza para sobrevivir. La educación privilegia, al igual que la salud, a quienes tienen medios para una privada y de calidad. Las pensiones por vejez, no alcanzan para sobrevivir en esa etapa de la vida. El agua también ha sido entregada a grandes empresarios agricultores, por lo que ya no hay, en muchas zonas, ni siquiera para el consumo humano. Chile, un país de larguísima vecindad con el océano, entrega la pesca a 7 familias (también empresarias) … Sólo por dar unos pocos ejemplos.

Resultado: la sobrevivencia, psíquica y física en la gran mayoría de nuestros conciudadanos no está garantizada. Peor aún, está amenazada. Tanto así que muchos han optado por el suicidio. ¿Se comprende por qué aparece el odio en las calles? Esta RC dice: “o eres tú o soy yo”, pues mi vida sólo es posible si tú desapareces. En este caso, un Estado que no está garantizando la sobrevivencia básica de sus habitantes, debe desaparecer. Y ahí se entiende la destrucción de todo aquello (concreto o simbólico) de fuentes de despojo: bancos que se apoderan de casas al no poder pagar usureros intereses; supermercados que maltratan a sus empleados; edificios corporativos de electricidad, AFP, bencineras (que encarecen hasta lo insostenible la sobrevivencia), etc. Las primeras semanas del estallido social, se observó una destrucción “selectiva” a esos elementos que han arruinado a miles. Como dije, la agresión, con todo su poderío en el odio, no es ciega, al menos no siempre, y en este caso, claramente tenían objetivos específicos.

La dimensión de la Vida, el gustar y el disfrutar estar vivo y relacionarse con elementos que otorguen bienestar (valores), requiere de tiempo para que ello tenga lugar. En Chile, el modelo socio-económico se enfocó en el “valor de uso” de sus habitantes y su medioambiente. Eso significó que el valor propio (léase dignidad) de sus habitantes, se menospreció, pisoteó. ¡30 años nos demoramos en levantarnos y sacudirnos la huella de esos zapatos! Recién se está discutiendo (tras mucho debate), si las 40 horas laborales serían aceptables para los grandes empresarios. Las extenuantes horas de trabajo y de traslado a éste, hacen imposible que haya tiempo disponible para conectarse siquiera con la pregunta, de si ¿es bueno vivir? No hay tiempo para cultivar relaciones, redes cercanas, pasatiempos que nutran la existencia. Además de una cultura de trato indigno de aquel que tiene el poder hacia el más débil (ver diferencia de sueldos entre el gerente de empresa y el de más bajo rango: algo dice ello de su valoración hacia éstos).

Resultado: el grito rabioso (la rabia) como RC genuina que, a diferencia del odio no busca eliminar a la amenaza, sino que quiere despertar la relación, provocarla, ver qué se mantiene vivo allí. Despertar la relación con un Estado que se muestra insensible a sus padecimientos y que necesita remecerlo para poder rearticular una relación que siente perdida. En la rabia se siente bullir la vida, “hierve en mí”, podría gritar: “¡Quiero vivir!”.

El 3er nivel existencial, y quizás el más notorio y manifiesto en esta crisis chilena, es la condición del encuentro con la otredad (y consigo mismo). Ser visto por el otro, considerado y apreciado. Sin embargo, un Estado que por definición (con la dictadura), se estructura como un estado de libremercado, donde cada uno se las debe arreglar por su cuenta, que no respeta mi deseo, sobrepasa desconsideradamente lo que es importante para mí, traspasa mis límites, genera profunda indignación e ira. Emerge entonces la RC que transmite “quiero ser visto, para no seguir siendo lastimado”, “… eso no se lo voy a permitir, no me voy a quedar así porque es una tremenda injusticia. No voy a seguir permitiendo que me traten así”. La dinámica después se vuelve arrolladora. “¡Esto es el colmo! ¡Esto me sobrepasó todos los límites!” Y, desde esa altura, el encolerizado desciende y atropella al otro. El iracundo atrae la atención sobre sí, es ruidoso, destroza objetos. La ira quiere ser vista.

Vemos entonces las marchas, ruidosas, estridentes. Las Tesis, con su “performance”, los cánticos, rayados, consignas, pancartas…todo grita: ¡MÍRAME!- Y ha producido sus frutos: ya se habla de cambiar la constitución, legislar sobre las 40 horas, subir el ingreso mínimo, etc. Como se puede ver, el “zamarreo” que produce esta RC de la Ira, produce sus efectos en el otro. Permite al menos creer que se puede sobrevivir…

Finalmente, la carencia en la 4ª condición de la existencia, la trascendente, la del sentido, ha aparecido muy sensiblemente en nuestra sociedad. Especialmente en jóvenes que no ven un futuro frente a ellos. Un Estado, un país que no les abre un espacio, un proyecto (salvo que se tengan los medios económicos y socioculturales, claro está). ¿Para qué sería bueno que yo exista? ¿qué tengo yo para aportar, para darle un significado a mi existir? Aquí podemos ver, como RC de agresión al vandalismo (destrucción intencional y arbitraria de objetos, ensuciar muros, etc.). Sembrar confusión, lograr caos: alegría por la destrucción de valores, vivir carencia de sentido en otros, querer entremezclar conscientemente y maliciosamente las estructuras, comprobar y mostrarles lo carente de sentido que es (producir choques). También tiene lugar aquí el cinismo y el sarcasmo.

Como intento mostrar aquí, desde la psicología y puntualmente desde la mirada comprensiva del Análisis Existencial contemporáneo, la agresión en sus diferentes formas -como reacciones psicodinámicas de sobrevivencia- sí tiene un sentido claro, y no “leerlo” es permanecer ciegos y sordos al mensaje propio y profundo que estas RC nos traen.

No se trata de justificarlas, sino comprenderlas.

Como define el AE, comprender es reconocer algo en su contexto, de manera que su esencia se haga visible. Comprender significa, conocer los motivos movilizadores, reconocer el significado subjetivo, a través del cual se hace accesible el contexto de vida subjetivo.

También desde la psicología, es importante aportar a poder transitar desde las RC (que como dije al inicio son automáticas, impulsivas, no decididas, y por lo tanto no libres) hacia una decisión que le sea propia a cada uno. Y para ello, nuestro aporte (desde el AE) puede ser colaborando con el manejo de la agresión, que propone 3 pasos:

1) La mirada hacia afuera, a la causa (¿A quién va dirigido el odio, la rabia, ira? y ¿Qué es lo que me ha afectado tanto? ¿Dónde está la fuente de la amenaza? – ¿Es realmente tan amenazante? ¿Por qué?

2) La mirada que ve hacia adentro: ¿Cuál es el valor que mi agresión quiere proteger? – ¿Qué protege el odio, la rabia, la ira, el vandalismo? Así se torna comprensible la agresión.

3) La mirada que ve cómo puede ser vivida, cómo uno puede tratarla dirigiéndola al objetivo, cómo puede pasar al mundo y llegar a su destinatario legítimo, a quien ella pertenece, a la “fuente del mal”. De esa forma, la agresión se personaliza y pierde su ciega fuerza destructiva. Se vuelve útil.

El Análisis Existencial nos interpela a comprender y comprendernos, pues sólo desde ahí podremos tomar posición, decidir (que sólo es posible desde la libertad), y plasmar acciones concretas con un sentido claro.

Las RC, tanto en lo individual como en lo colectivo, nos muestran algo potente y profundo. Si me quedo en lo mero reactivo, se perderá el mensaje, y me perderé a mi misma/o. Por el contrario, si puedo identificar al legítimo destinatario, y aunque sea por la fuerza (dada su sordera y/o ceguera) hacerle saber de mi necesidad, desde una acción elegida y decidida por mí, al decir de K. Jaspers, me habré elegido a mí.

El estado opresor es un macho violador, dice el colectivo “las Tesis”, y tras más de 30 años bajo ese Estado violentador, la ciudadanía despertó, se levantó y ahora tiene la oportunidad de elegirse (como cada uno de nosotros).

Michèle Croquevielle

Psicóloga Clínica
Postítulo en Análisis Existencial
Supervisora Acreditada
Directora Revista InterAmericana Existencia
Directora ICAE

michele@icae.cl


Más sobre

Tags:
Artículos
Chile
Diferenciación - Differentiation
Identidad - Identity
Intimidad - Intimacy
Mujer - Women
N° 28 - 2019
Psicosocial - Psychosocial