La violencia intrafamiliar es una problemática compleja y grave que nos atraviesa como sociedad. Cuando se habla de violencia en el ámbito familiar o violencia intrafamiliar se hace referencia a una ruptura de los vínculos dentro de la familia. Los integrantes de la familia vivencian una situación que, por su repetición en el tiempo y por sus manifestaciones, se transforma en violencia.
Mi trabajo terapéutico se desarrolla principalmente con niños y adolescente, víctimas de violencia intrafamiliar. La ayuda no es solicitada por las propias familias, sino por organismos del estado que deben intervenir ante la vulneración observada.
La llegada de cada familia a mi consultorio me abre interrogantes: ¿Será posible re-componer los vínculos rotos? ¿Podrán los adultos responsables de esa niña, ese niño/adolescente brindarle la posibilidad de crecer en un ambiente más armonioso? ¿Qué ha llevado a estos adultos a actuar con violencia en lugar de brindar protección? El Análisis Existencial me ha ayudado a responder estas y otras interrogantes.
A continuación, se expone la particularidad del trabajo con las Motivaciones Fundamentales[1] (MF) desarrolladas por Alfried Längle, en un caso clínico.
María, una adolescente de 15 años, llegó al consultorio derivada por el organismo de protección de derechos de niños y adolescentes, luego de que se “escapara” de su casa. En este contexto, relata la adolescente que lo que había motivado dicha conducta eran los “malos tratos y golpes” que le propinaba su madre. El Estado generó una medida de protección que implicaba la no convivencia de María con su familia de origen (fue a vivir en casa de una tía paterna) y el inicio de un trabajo terapéutico conmigo como psicoterapeuta.
Más allá de lo manifestado en un primer momento por María, ¿qué la había movido a actuar de ese modo? Comenzamos a realizar un trabajo de reconstrucción de su biografía personal, basado en las Motivaciones Fundamentales de la Existencia.
La Primera MF, está relacionada con el Poder Ser en el Mundo, con sus exigencias y posibilidades. María, quien nació en una zona rural de Mendoza, había tenido una infancia cargada de conflictos de pareja entre sus padres, que generalmente desencadenaban malos tratos y golpes de la progenitora hacia sus hijos. María había soportado durante la infancia ser el objeto de descarga del enojo de la madre, pero ahora en la adolescencia, ante la conducta agresiva de ésta, tenía la sensación de que no podía Ser, de que en esa familia con esas características violentas ella no podía ocupar un lugar en este mundo.
Tal como menciona A. Längle (2009), para desarrollar la confianza fundamental de ser en el mundo, se necesitan tres condiciones: espacio, protección y sostén. Durante los encuentros terapéuticos, observé que María había contado con personas que la protegían de los “enojos” de su madre: su padre y sus abuelos paternos. Ellos eran referentes que le brindaban seguridad y sostén. En esta familia había habido un espacio físico y psíquico para ella.
En cuanto a la Segunda MF, Längle (ibíd) la vincula con el Gustar la Vida. María sentía especial valor por su vida. Las condiciones de relación, tiempo y cercanía que le habían permitido desarrollar este sentimiento, eran evidentes en el vínculo con el padre. La relación entre ella y su papá estaba cargada de positivos afectos: “…mi papá para mí es el mejor hombre del mundo, si algún día me falta yo me muero, es bueno, cariñoso, responsable y confiable”. María tenía una relación cercana y afectuosa con su padre. Valoraba especialmente el tiempo que pasaban juntos. Por el contrario, la relación con su madre era distante y marcada por los malos tratos y golpes.
A medida que transcurría el trabajo terapéutico con María yo me preguntaba: si se han dado ciertas condiciones de espacio, protección, sostén, y relaciones cercanas y significativas, ¿por qué ella había emprendido una huida de su hogar como reacción de coping[2]?
La respuesta a dicha interrogante se corresponde con la Tercera MF. Längle (ibíd) refiere que no es suficiente con haber experimentado las condiciones de las MF anteriores (1ª y 2ª) para alcanzar una plenitud existencial. Es necesario, adicionalmente que sea permitido que yo sea así como soy, tengo que percibir, sentir, ostentar la autoridad para ser yo, para conducirme como lo hago.
Esta motivación fundamental implica el plano del descubrimiento del sí mismo. Evolutivamente, María se encontraba ante el desafío de re-afirmar su identidad y descubrirse. Y para ello requería de las tres condiciones de esta MF: recibir consideración, trato justo y aprecio. ¿Quiénes la habían considerado y apreciado en su particularidad? Estaba claro que su madre no lograba apreciarla. Su padre, hermanas y abuelos paternos, sí la reconocían y valoraban, pero no lograban imponer esta percepción ante los malos tratos de la madre, y entonces toda esta valoración quedaba desdibujada. Esta falta de consideración se repetía en algunas experiencias escolares, y sumían a María en un sentimiento de soledad y falta de confianza en sí misma. “…es feo estar sola, es fea la soledad, no tenés a nadie que te escuche…”
En este punto el trabajo psicoterapéutico se profundizó principalmente, pues era claro que la Tercera Motivación Fundamental estaba afectada: María necesitaba ganar confianza en sí misma, aceptarse y lograr auto-valor, pero principalmente autoestima y delimitación. Transitamos juntas este camino de conocimiento personal, y aceptación del sí misma.
Se trabajó adicionalmente la relación madre-hija. Este trabajó implicó encuentros individuales con María, encuentros individuales con su madre, y encuentros conjuntos de madre-hija. Pude acompañarlas en el proceso de arrepentimiento y perdón, temas y desarrollos propios de esta 3ª MF. Más allá de la historia de malos tratos, María pudo encontrar aspectos valorables en su madre, y ello le permitió construir una relación más cercana.
Tomó una posición personal con respecto a la relación: pudo delimitar su intimidad, lo que era valioso para ella, y discriminar aspectos de la biografía de la madre que la llevaban a actuar con violencia, y esa comprensión facilitó el encuentro Madre – Hija.
Por último, en relación a la Cuarta Motivación Fundamental, sus proyectos próximos se dirigieron a los estudios secundarios y a las relaciones con sus compañeros. Längle refiere como condiciones de esta motivación, tener un ámbito de actividad, un contexto estructural valorado y un valor en el futuro. A partir de la aceptación de su sí mismo, María pudo plantearse como un ámbito de actividad futuro, la docencia. Se dispuso a concentrar sus energías a la concreción de estos proyectos, que siempre tenían como marco de actividad la autonomía e independencia personal.
La situación de violencia intrafamiliar en la que se encontraba entrampada María y su familia era evidente. Pero el trabajo empático y basado en las motivaciones existenciales, permitió a la adolescente re-componer el vínculo roto con su madre, y sin negar las vivencias negativas de su infancia, lograr vivir con aprobación interna. Por su parte, la madre a partir de esta experiencia, pudo reflexionar sobre su propia historia y alcanzar una relación más cercana con su hija.
Ambas decidieron conjuntamente volver a vivir juntas: María había ganado seguridad personal y aceptación que le posibilitaba ser ella misma. Su madre a partir de la mediación terapéutica pudo valorar a su hija, aceptar sus dificultades y comenzar a brindarle un espacio de crecimiento basado en el respeto por sus gustos e intereses.
Para mí, es a veces doloroso trabajar en una temática tan compleja como es la violencia hacía niños y adolescente, y contactarme con el sufrimiento de estos pequeños, sin embargo, historias como la de María y su familia, me ayudan a re-elegir el Análisis Existencial como línea de trabajo que da sentido a mi tarea de ayuda a los demás.
Bibliografía:
Längle, A. (2009). Las motivaciones personales fundamentales. Piedras angulares de la existencia [Versión electrónica], Revista de Psicología, 5 (10). Recuperado el 19 de Mayo de 2013, de http://bibliotecadigital.uca.edu.ar/repositorio/revistas/motivaciones-personales-fundamentales.pdf
Marsonet, B.; Vitaliti, J.; Quintero, M. (2014). Miradas y Experiencias
Interdisciplinarias. Produciendo nuevas vinculaciones y conocimientos sobre el
Maltrato a la Niñez y Adolescencia desde un Ámbito Público de la Provincia de
Mendoza. Buenos Aires, Cauquen Editoria.
[1] http://www.icae.cl/wp-content/uploads/2013/06/LAS_MOTIVACIONES_FUNDAMENTALES_DE_-LA_EXISTENCIA.pdf
[2] Reacciones de protección, automáticas, que tienen por fin soslayar el sufrimiento ante la frustración de los supuestos de la existencia personal. Längle (2009).