Ningún hombre sabio
Quiso nunca ser joven
Jonathan Swift
De acuerdo al diccionario de la Real Academia Española, “adulto” es un adjetivo que procede del vocablo latino adultus. El concepto permite calificar a “un ser vivo que ha llegado a la plenitud de crecimiento o desarrollo”.
Erikson adjudica atributos a cada etapa de la vida:
Al lactante, el sentido de la confianza; a la primera infancia, el sentido de la autonomía; a la edad del juego, el sentido de la iniciativa; a la edad escolar la aplicación y capacidad. A la adolescencia, la identidad personal; a la juventud la intimidad; a la edad adulta, la generatividad; y a la edad madura, la integración y aceptación.
La adultez es una etapa de la vida humana única, peculiar, colmada de recuerdos, esfuerzos, anécdotas, ilusiones. Implica un tiempo para llevar a la plenitud la obra de la propia vida
Asimismo, la edad adulta es una etapa en la que puede darse un profundo agradecimiento, ya que detrás de toda vida hay seres queridos que acompañan, dan ánimo y comparten el trayecto con afecto. Así como también pueden experimentarse vivencias dolorosas que nos han permitido crecer, o que aún anidan ocultas esperando que las traigamos a nuestra realidad en búsqueda de elaboración y superación.
Para continuar el camino y que los desafíos lleguen a buen término, es importante evaluar las capacidades propias y las posibilidades que aparecen en nuestro mundo, aceptando los límites propios y situacionales como medio de crecimiento y fortalecimiento.
Nietzsche, nos recordaría en este momento de nuestra vida, que somos responsables de cambiar el “así fue”, por el: “así quise yo que fuera”. Las palabras del filósofo significan una invitación a amar el propio destino, la propia construcción, a vivir la propia vida.
Siguiendo a Längle, (2003) sólo llevando a su máximo esplendor nuestro ser personal, con clara percepción de nuestros recursos y límites (Primera Motivación Fundamental) profundizando en lo valioso de nuestra existencia (Segunda Motivación Fundamental) y desplegando nuestra persona que se constituye como ser único (Tercera Motivación Fundamental), será posible realizar un proyecto de vida pleno (Cuarta Motivación Fundamental).
Es importante destacar que esta sinfonía de la vida, de la cual somos directores, no comienza y termina en cada uno de nosotros, la riqueza es la construcción destinada al intercambio, a la entrega, a la donación. Sólo alcanzamos la auténtica plenitud cuando alcanzamos nuestro lugar en el mundo, ya que fuera de él, alejado de las interrelaciones no tendríamos posibilidad de realización y de sentido.
La vida adquiere plenitud, y armonía si forma parte del conjunto, cuando nuestros valores son compartidos y se entrelazan con el mundo; nuestra vida personal se transforma en belleza porque se enriquece con el compromiso afectivo del tiempo compartido y la vida integrada.
Veámoslo a través de un ejemplo clínico…
Ely consultó en el año 2004 derivada por su médico, por presentar angustia, desasosiego, insomnio, malestares corporales que transitaban desde contracturas severas, hasta dolores de cabeza y molestias digestivas. Según refirió la consultante, nunca dejó de trabajar a pesar de haberse sentido muy mal.
Su grupo familiar está constituido por su esposo y dos hijos.
Su preocupación radicaba en la necesidad de ser eficaz en su desempeño laboral, para asegurarse una base económica que le permitiera estar tranquila.
La relación matrimonial de la paciente es muy buena. Conoció a su esposo a comienzos de la carrera universitaria. Desde ese momento entablaron un vínculo profundo de amor, comprensión y compañerismo.
Ambos realizaron la carrera sin dificultad e inmediatamente después de recibidos contrajeron matrimonio. Anhelaban ser independientes. El primer año de casados vivieron en la casa de su suegro, un hombre viudo, depresivo por la pérdida de su esposa, a quien Ely define como una persona amable, prudente y generosa.
Al momento de iniciar la psicoterapia, el mayor motivo de preocupación de Ely lo constituye su familia de origen conformada por sus padres y tres hermanos mayores.
Describe a su padre como un hombre fuerte, autoritario, agresivo verbalmente.
Su madre es frágil, no define su posición ante la vida y ha buscado en su hija el sostén desde que era muy pequeña. Ely recuerda episodios de su temprana infancia donde intuía con gran temor el desarrollo de una discusión por la inmadurez de su madre que desataba la furia de su padre.
Ante estos recuerdos infantiles se angustia profundamente, y comenta que su objetivo de vida era encontrar una carrera corta, que le permitiese una salida laboral rápida y salir del “infierno”. Relata que al conocer a su esposo se fortaleció y sintió que ambos se encontraron para “redimir sus vidas”.
Una vez casados deciden realizar juntos un emprendimiento privado que logran llevar a cabo con resultados satisfactorios. Compran una casa e instalan el negocio adaptando parte de la propiedad. A partir de ese momento la lucha por pagar la deuda se torna muy dura. Trabajan 12 a 14 horas por día manteniendo el negocio abierto, incluso sábados, domingos y feriados.
En ese contexto nacen los hijos con un año y medio de diferencia y fallece el suegro. Expresa profundo dolor por la pérdida de esta persona tan querida para ellos.
En la primera etapa terapéutica se aprecia una gran fragilidad en la consolidación de la Primera Motivación Fundamental. En ese momento de su vida la necesidad de prodigarse espacio, asegurar su ser en el mundo, lograr confianza básica se constituyeron en la razón de su existencia.
El trabajo terapéutico en esta etapa se basa en detenerse en todo aquello que percibe de sí y lo que la rodea, para estimular el diálogo con el mundo y con su interioridad.
La paciente se focalizaba en la lucha, buscaba reasegurar su existencia trabajando intensamente, para lograr sostén, seguridad, y confianza y con ello lograr firmeza y estabilidad.
En esa búsqueda de sostén luchaba desenfrenadamente sin escuchar el lenguaje de su cuerpo, ni de sus sentimientos. Si bien es una persona sensible, capaz de dar y recibir afecto, no lograba vivenciar los aspectos agradables de la vida. La lucha por reasegurarse a nivel de la Primera Motivación Fundamental generó un menor desarrollo de la Segunda Motivación, ocasionándole pérdida de calidad de vida y bienestar.
En su vida predominaba el trabajo, el orden, la rigurosidad, no dando lugar al tiempo libre y compartido. Vivía “en piloto automático” según su propia referencia.
Mediante el trabajo biográfico y el Análisis Existencial Personal como método psicoterapéutico, logró una mejor percepción de sus recursos y aceptación de los límites. Delimitó su espacio, mejoró su confianza básica y percibió su estado constante de lucha para adquirir seguridad. En esta instancia comenzó a vislumbrar la posibilidad de abandonar, aunque fuera por momentos, el control rígido de las situaciones, dejando ser a lo que acontece. El medio familiar se distendió, se abrieron espacios de interacción lúdica con los hijos, familiares de su esposo y amigos. (Fortalecimiento de la Primera Motivación y mayor desarrollo de la Segunda Motivación)
Las sesiones se fueron espaciando, hasta que Ely decidió suspender la terapia y recurrir si necesitaba nuevamente ayuda.
Cuatro años después regresa a terapia porque su papá se enferma de cáncer y, al no estar sus hermanos en la provincia, debe hacerse cargo de acompañarlo, contenerlo y proteger a la madre que es continuamente agredida verbalmente por él.
En este momento de su vida ya tenía su casa de fin de semana que se convierte en su espacio vital.
Las dificultades entre sus padres se incrementan y la madre le pide que la interne en un geriátrico. Esta solicitud la desestabiliza nuevamente. A partir del trabajo terapéutico logra percibir la situación, acepta que es la decisión de su madre y que ella sólo ejecuta lo que ellos eligen.
En este momento deciden trasladarse a vivir a la casa de fin de semana en búsqueda de una mejor calidad de vida. (Búsqueda de aquello que fortalezca el gusto por la vida, relacionada con la Segunda Motivación, y toma de posición personal relacionada con la Tercera Motivación).
Al poco tiempo fallece el padre y Ely vivió un proceso de duelo dentro de parámetros normales. Nuevamente se acuerda suspender la psicoterapia por encontrarse mejor.
Asiste nuevamente en 2013 luego del fallecimiento de su madre para trabajar su toma de posición personal ante la irrupción de sus hermanos luego de largas ausencias. El motivo que los convoca es resolver el tema de la herencia de los padres. Esta situación emocional se presenta acompañada de momentos difíciles en su negocio. El emprendimiento había sido muy rentable, pero en ese momento presentaba inconvenientes. Volvió a sentir angustia, manifestaciones somáticas.
Se aplica el AEP para encontrar el sentido profundo de su desvelo. Describe vivir nuevamente como cuando comenzó la terapia, en un estado constante de hipervigilancia, queriendo mantener todo bajo estricto control para sentirse segura.
En ese momento es su hermano quien la hostiga con mandatos, su sentimiento básico es el sentirse ahogada, sin espacio, tratada como si fuera incapaz de resolver situaciones. Trabajaba desmedidamente como antes en búsqueda de sostén, de seguridad. No lograba la paz y armonía que había alcanzado anteriormente a través de la psicoterapia. Podía percibir sus fuerzas internas para mantenerse y su lucha por defender lo propio. Logra relacionar experiencias pasadas con las actuales y se abre un espacio para vislumbrar el futuro.
Paulatinamente aflora lo más personal y con ello la expresión y decisión de salir al mundo con una posición propia.
En esta nueva etapa deja ser al sentimiento, perdona a sus padres, puede comprenderlos desde su limitación, y comienza a considerar lo propio y lo ajeno en un interjuego de espacios donde todos pueden ser.
Al encontrarse a sí misma, puede ampliar la mirada, analizar otros aspectos de su vida como el ámbito laboral. Ya no teme realizar cambios en su trabajo y puede pensar otras posibilidades.
“Ahora me tengo a mí, sé lo que soy, lo que he sido, tengo proyectos, ganas de vivir, de disfrutar. Ya no necesito las paredes y rejas del negocio para que me sostengan, puedo ser, quiero vivir y sé que tengo recursos. Ahora los veo, puedo prodigarme una buena vida con mi familia”
Referencias Bibliográficas:
Grün, A. (2009) Orientar personas, despertar vidas. Buenos Aires, Guadalupe.
Längle, A. (2003) “El arte de involucrar a la persona. Las Motivaciones Fundamentales de la existencia como estructura del proceso motivacional”. European Psychotherapy, 4, 47-58.
Längle, S. y Traverso, G. Edit. (2013) Vivir la propia vida. Análisis Existencial desde la praxis. Santiago de Chile. Mandrágora.
Sinay, S. (2013) El discreto encanto de la madurez. Celebrando el segundo tiempo de la vida. Buenos Aires, Ediciones B.
Yalom, I. (2005) El día que Nietzsche lloró. Buenos Aires, Booket.