Por Michèle Croquevielle.
Estimadas y estimados lectores
Comenzamos este 2015 con un temazo: la LIBERTAD.
Y elegimos este tema por vislumbrar frente a nosotros un año completamente disponible para cada uno. Y que deseamos completar como cuando éramos escolares y nos prometíamos ser muy ordenados con nuestros cuadernos en blanco: escribir clarito, subrayar, etc. (claro que a la mayoría de nosotros no nos resultaba tanto y ya al pasar un par de meses éstos estaban bastante desaliñados).
¿Qué queremos hacer con este año enterito, completamente dispuesto para nosotros?
Es complicado este tema, pues al decidir qué hacemos con lo que elegimos, nos comprometemos, y en ese comprometernos, aparecemos frente a nosotros y frente al mundo. Y además, tenemos que asumir las consecuencias de esas elecciones.
… No siempre previstas…
Como las que están padeciendo muchas familias en México ante la tragedia vivida por sus hijos que demandaron a su gobierno local y fueron ejecutados.
Como la obtenida por Malala ante la elección de su vida tras una tragedia: Obtener el premio Nóbel de la Paz.
Como la que un joven pudiese asumir frente a un accidente (involuntario) por su irresponsable proceder al volante, en lugar de escudarse en triquiñuelas o resquicios legales. (No todo lo que puedo hacer, necesariamente debo hacerlo: ahí está la ética, la conciencia moral y la decisión libre).
Aceptar y asumir las cosecuencias de nuestros actos, que surgen desde nuestra libertad, es lo que nos distingue como seres humanos, pues libertad y responsabilidad son inseparables.
En el primera artículo, Libertad, comparto con uds. mi visión de este tema, inserta en una mirada existencial, ésta es, desde un mundo compartido con los otros y conmigo misma, y desde donde, entre otras cosas, planteo que junto a lo obtenido en aquello que elegí libremente, siempre habrá una pérdida (lo no escogido), pero que siempre estoy obligada a elegir. Por lo mismo, es un tremendo y terrible regalo éste que nos hace la existencia: nos pone a nosotros mismos en nuestras propias manos, somos regalados a nosotros y la existencia de cada uno depende lo que hagamos con nuestra vida.
Lorena Jiménez desarrolla este mismo tema en Libertad para Vivir pero desde sus propias vivencias personales, y nos relata cómo muchas veces encrucijadas en su andar (a veces con tintes de crisis), las interpelan a decidir rumbos, y dependiendo del espacio de libertad (interno o externo) del que dispone, serán caminos con mayor o menor sentido.
En nuestro propio país se están discutiendo acaloradamente cambios en nuestro sistema educacional, donde el tema de la libertad está en juego. ¿Para qué queremos libertad de escoger los colegios de nuestro hijo? ¿O no queremos? ¿Es una amenaza?
Es complicado este tema, entre otras cosas porque de la mano de la libertad, se acaban los paternalismos/jerarquías. ¿Estamos preparados para ello? ¿para la igualdad, la fraternidad, la equidad? ¿perdemos? ¿ganamos?
Tolerancia, aceptación, diversidad son los temas que expone Claudia Veglia en su artículo: Acoger la diferencia, una decisión en libertad. La migración es un aspecto de nuestro país que está introduciendo cambios tremendamente importantes en nuestra cultura (económica, fisonómica, gastronómica y espiritual). Ahí también aparecen las libertades en juego. ¿Eres libre de ser así como eres frente a mí? ¿Cuándo no será necesario hacer leyes especiales para los migrantes, los con capacidades diferentes, los de género diferente, por ser ya uno más de nuestro país, de nuestra sociedad, con mismos derechos y deberes?
De esto ha experimentado Marisa (Bía) Lemos, – psicóloga analista-existencial – a quien entrevistamos en esta ocasión a partir de su elección de venirse de su país de origen (Brasil): los valores que dejó allá por otros que le fueron más significativos acá, y al mismo tiempo, las diferencias culturales que le dificultaron su inserción, costos que ella eligió por el amor y compromiso que ella hizo al seguir a su marido (“con él voy a la China”).
Lo interesante de la libertad es que a poco de nacidos, ya empezamos a vislumbrarlo y pasados unos años, a experimentarlo. Y como padres, muchas veces nos perdemos tremendas oportunidades de atrevernos a ¿soportar? ¿aceptar? las elecciones de nuestros hijos. Por eso en esta oportunidad quisimos reseñar un libro que a los ojos y lectura de Constanza Iturriaga es tremendamente existencial: Harry Potter, y se los ofrecemos como oportunidad única para entablar buenas y contundentes conversaciones con sus hijos.
Para este año, hemos incorporado una novedad: Multimedia. Iremos reseñando, describiendo diferentes obras que nos hablen o compartan la mirada analítico existencial. Y comenzaremos con una película japonesa, Mujer en la Arena que nos ofrece Marina Eysymontt con una completa descripción de la misma. Aquí su director Hiroshi Teshigahara describe con agudeza y arte las circunstancias de la libertad no siempre claras para nosotros, pues como escribe Marina “También estamos presos en nuestro propio pozo de ciclo económico, tipo de sociedad, profesión, mercado laboral…”
Y respecto a esto último, en estos días nos hemos enterado de la reanudación de vínculos entre Cuba y EEUU. También allí podemos observarlo como un cuaderno en blanco, en el que cada cual deberá escribir lo propio, asumiendo con responsabilidad los alcances que para cada uno de ellos y para el otro tenga una tal rectificación de rumbo. ¿Habrá más libertad o menos libertad para el pueblo cubano con esta nueva cercanía? Mayor poder adquisitivo, más productos para comprar…¿es más o es menos libertad?
Amigas y amigos, los invito a leer esta revista, y junto con ellos a reflexionar (necesario para una decisión) y escoger cómo quieren pintar este 2015: ¿con cautela u osadía?, ¿con su propio ritmo, o sumarse al de otros? ¿prestándose o con su consentimiento? ¿auténticamente o impulsivamente? ¿Con libertad o libertinaje?
Los pinceles están en sus manos…los colores a su disposición.
Hasta pronto!
Michèle Croquevielle
Directora
ICAE
PD: el 16 y 17 de enero tendremos un seminario que puede aportarles más colores a esa paleta: Sentir el Valor de la Propia Vida