Paula Cherres, médico


“Estar sano es tener una buena relación consigo mismo y con la vida”

La Formación en Análisis Existencial marca un antes y un después en la vida de Paula, médico general dedicada al área de Salud Mental. En lo personal, hoy tiene una relación más cercana consigo misma y con la vida. En lo profesional, se abrió al paciente desde una mirada más comprensiva que le permite ir más allá del síntoma y la prescripción de medicamentos para detenerse en la esencia de la persona.

¿Qué te motivó estudiar Medicina?

Cuenta mi familia que desde niña quería ser médico. Cuando alguien estaba mal me gustaba ayudar, en un accidente yo corría a prestar auxilio. La medicina es lo mío, venía en mi ADN. Cuando inicié mis estudios quería ser oftalmóloga, pero cuando comencé a trabajar descubrí que tenía habilidades para la Salud Mental.

¿Puedes describirnos en qué consisten tus actuales áreas de trabajo?

Trabajo en tres lugares en áreas dedicadas a la Salud Mental. En el Hospital y CRS El Pino, apoyo a la Unidad de Psiquiatría Infantil, principalmente casos de niños con déficit atencional, trastorno conductual y depresiones; realizo también psicoterapia. En la Comunidad Terapéutica Talita Kung Joven atiendo adolescentes infractores de Ley y consumidores de droga. En consulta privada asisto adultos con patologías de Salud Mental. Me encantan mis trabajos, en especial la psicoterapia, no solo calmar el síntoma o prescribir medicamentos, sino, trabajar en conjunto con el paciente.

¿Cómo vivencias el trabajo con jóvenes adolescentes infractores de Ley y consumidores de droga?

Al principio me costó, me enojaba suponer que no tomaban consciencia. El trabajo de ponerlo en paréntesis (epojé) me ayudó. Sin el postítulo en AE creo que no hubiese podido trabajar con esta temática. He podido dejar los prejuicios de lado, busco comprender y ver a la persona. Cuesta sacar la mirada de las carencias, trato de focalizarla en lo que es, y desde ahí intento ayudarlos a comprender que el medicamento no es lo fundamental para estar bien en la vida, que lo más relevante es poder hacer cambios concretos y desplegar lo propio.

“Soy otra persona antes y después del Análisis Existencial”

Eres alumna de tercer año de la Formación en Análisis Existencial, ¿Qué buscabas en esta especialización?, ¿Y qué encontraste?

Cuando me separé y vivía sola, leí “Un Hombre en busca de Sentido” de Frankl. Me conmovió su valentía, capacidad de disfrute y entrega en el campo de concentración. Como él, pese al dolor de mi separación pude decirle Sí a la vida. Posteriormente asistí a un seminario sobre Duelo en ICAE, entre otros, hasta que me decidí a ingresar. Me ayudó a encontrarme conmigo en mi vida, a comprender mis emociones y validarlas. Pese a tener buena llegada con los pacientes, tenía una visión sesgada. Había situaciones que me quedaban grandes y logré poner límites. Siento que soy otra persona antes y después del AE. La Paula de ahora se gusta más, tengo más confianza en mí, no tengo miedo a mirarme y mejorar aspectos personales, porque hoy me conozco y tengo más claro quien estoy siendo en cada situación, no me pierdo.

¿El AE te ha permitido ir al encuentro del paciente?, ¿Cómo lo logras?

Claramente hoy puedo ayudar al paciente mirándolo como persona. Encontrar juntos la raíz de su malestar, que él pueda vivir desde el “yo estoy aquí”, dejando el lugar pasivo que se da en el trato médico-paciente. Antes tenía a una paciente con Trastorno Bordeline que me descomponía el día, consideraba que no se esforzaba por avanzar. A un año del postítulo le dije lo que me pasaba, que no lograba verla, ni comprenderla. Fuimos trabajando las Motivaciones Fundamentales, con eso comprendí que parte de su sufrimiento era justamente no ser vista, y palpé lo mal que lo pasaba en todas sus relaciones.

“Mi cuerpo y yo nos relacionamos”

Y en tu mirada profesional como médico ¿hubo algún cambio en tu forma de comprender el concepto de vida?

Como médico el ser humano está vivo cuando respira, el corazón late y sus órganos funcionan y el trabajo consiste en que sigan funcionando. Antes del AE, yo funcionaba así, en el consultorio veía a seis personas por hora, no había tiempo, y eso me empezó hacer ruido. Ver pacientes en tan poco tiempo para mí es poco ético, no corresponde. Ahora me tomo más el tiempo para preguntar. Comprendí que la vida no se trata solo de respirar o que el corazón lata, si no de estar con uno mismo y el ver al otro.

Enfermedad y salud, ¿qué son hoy esencialmente para ti?

Para mí el tener todos los órganos funcionando no es sinónimo de estar sana. En un momento de mi vida yo estaba con todos mis órganos normales pero no me sentía sana. No estaba disfrutando, era muy funcional para todo. Hoy es distinto, puedo tener un órgano enfermo pero estoy más sana en la relación con la vida. Estar sana para mí se trata de la relación amable que estableces con la vida, con todo lo bueno y lo malo que sucede. Hoy pienso ¿qué sacas con que el órgano funcione, si tú no disfrutas la vida? Se puede disfrutar la vida aun con un cuerpo enfermo.

¿Podrías graficar cómo la actitud hacia la vida refleja un cambio en la salud de tus pacientes?

Tengo varias pacientes con cáncer que enfrentan de manera distinta la vida. Una, pegada a la enfermedad, no logra disfrutar nada. El hijo le prepara un café y no lo disfruta. Sin embargo, otra con muy baja autoestima durante la terapia decidió escribir el libro: “Los niños también tienen memoria”, en relación a sus experiencias vividas en la dictadura militar. Mientras lo escribía, le diagnostican cáncer, comenzó a decaer, pero a pesar del cáncer quería vivir y seguir escribiendo. Hace dos meses publicó el libro y hoy es una mujer feliz, se mejoró del cáncer, le pone empeño a la vida, disfruta del café. Esta mujer es un ejemplo de estar sana a pesar de todo.

¿Qué lugar le das a la dimensión corporal en la persona?

Hoy, es fundamental para mi estar bien, el contacto con mi cuerpo. Ahora el cuerpo me habla. Es parte esencial para ver a la persona. Detrás de una bronquitis y defensas bajas puede haber una depresión, por eso voy más allá, pregunto y profundizo. La visión que tengo hoy del cuerpo es más que el paquete que te transporta para allá y para acá. Si no tienes conexión con el cuerpo, tampoco tienes conexión con los sentimientos y si no te conectas con los sentimientos la vida pasa.

Por equipo editor

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Nº 6 - 2014