Estimadas y estimados amigos
Pese a que el año comenzó hace dos meses, en términos prácticos, está recién comenzando. Los niños en su colegio, retoman las amistades interrumpidas por varios meses; los universitarios algo similar, aunque con perspectivas al parecer más comprometidas con la sociedad; todos nosotros, ciudadanos, expectantes de re-encontrarnos con nuestros trabajos, la ciudad y un nuevo gobierno.
Entonces, siempre habrá lo permanente: y es que siempre habrá marzo, y siempre lo cambiante: cada uno de nosotros y las múltiples posibilidades que se nos abren como seres únicos e irrepetibles.
¿Cómo hacemos para no desaprovechar esa máxima riqueza y misterio que cada uno de nosotros porta en sí mismo? Y digo cada uno, cada una, pues también el otro lo porta…¿y cómo lo descubro? ¿cómo amplío mis propias posibilidades con las tuyas?
Bueno, pienso que el diálogo es un buen comienzo (de eso hablo en mi artículo: el Diálogo Existencial). Y generalmente un buen diálogo comienza con preguntas. Para mí, las preguntas son como llaves (me imagino de esas antiguas largas y de fierro) que abren puertas secretas y misteriosas. Y claro, cuando realmente pregunto al otro, es porque quiero saber algo que no sé (del otro o de algo otro). Pero si parto asumiendo que ya lo sé todo…me pierdo seguramente de algo valioso, su propio misterio. Lo interesante es también considerar que si bien siempre habrá algo que permanece en cada uno (por eso me reconozco en una foto antigua, y también el propio temperamento es estable), siempre habrá algo que me cambia (también al otro). Por eso el diálogo es tan importante: para saber quién es ese otro que AHORA está frente a mí. H. Maturana una vez dijo que a los Derechos Humanos había que agregar “el derecho a cambiar de opinión”. Y eso habla de los aprendizajes que tenemos a lo largo de los días, a lo largo de la vida.
Es en el diálogo que un preso se puede reencontrar consigo mismo, y las nuevas posibilidades que se le abren, como nos relata Norma Fumei en el conmovedor relato de su trabajo como trabajadora social en la cárcel en “La verdad nos hace libres”.
Este año, no sólo los estudiantes tienen algo que decir (y ojalá preguntar un poco más). También los profesores. ¿Serán ellos un poco más protagonistas de los cambios que se les imponen?. Pero eso requiere APARECER un poco más como personas que no solo razonan, sino que también sienten. ¿Qué les pasa a ellos? ¿Cómo están en sus trabajos? ¿Qué los inquieta, alegra, hace sufrir, temen? Pía Sandoval, como educadora, en “Ser profesor: ¿Ser Persona? (o ser un mero retransmisor)?”, plantea los desafíos que ellos enfrentan, y que requerirán de mucha valentía y coraje, pues implica un diálogo y re-encuentro no sólo con sus pares sino también consigo mismos.
También en las empresas hay nuevos comienzos. Llegando de las vacaciones, con promesas y proyectos nuevos. “Nuestro énfasis es generar las condiciones para que el trabajador sea un participante activo en la creación del futuro de nuestra organización”, dice Benjamín Galdames, en la entrevista que se le hace. Como psicólogo laboral su apuesta es a crear y/o mejorar los espacios que cada empleado tenga, y así poder negociar colectivamente de forma más adecuada. Y obviamente eso no puede hacerse sino es desde el diálogo y la apertura que cada persona requiere y merece. Fortalecer los sindicatos y poder transmitir y crear una cultura de diálogo, requiere no sólo conocimientos teóricos, sino también de sí mismo, pues como dije anteriormente, ponerse frente a otro, y disponerme a abrir la puerta, es un salto que requiere coraje.
Y si hablamos de valentía, uf! que es necesaria para vivir la libertad tan anhelada por todas las sociedades y personas. Marzo se nos presenta como un cuaderno en blanco: ¿qué escribiremos allí? Tenemos todo en nuestras manos para elegir colores, líneas, letras y figuras. Pero lo que allí escribamos, quedará para siempre (aunque en las páginas que sigan, escribamos lo contrario). Da un poco de vértigo, ¿verdad? “El Miedo a la Libertad”, libro reseñado por Claudia Veglia, nos habla de eso y más. También del miedo que sientes los totalitaristas así como los sometidos. Sí, ambos temen: los unos quedarse solos, los otros, tener que tomar decisiones (y ojo, que no hay que esperar a tener una dictadura para ser los unos o los otros).
Nosotros en ICAE también tenemos nuevos comienzos: un nuevo curso que se abre a realizar el Magíster y los Postítulos en Psicoterapia y Consultoría en Análisis Existencial. Nuevos alumnos, nuevas personas a quienes les damos una gran bienvenida. Nueva alianza con la Universidad Academia de Humanismo Cristiano, con quien compartimos un mismo ideario: una existencia sostenida en un verdadero diálogo consigo mismo y con los otros, que nos permita co-construir una sociedad autorresponsable consigo mismo y los demás, libre, justa y con sentido.
¡Bienvenidos, buen retorno, buen comienzo!
Michèle Croquevielle