Por Michèle Croquevielle
Y llegó el 2014, con su renovación de promesas respecto a las múltiples posibilidades que se nos abren para este año. Las agendas y los cuadernos en blanco, esperándonos a ver qué haremos en ellas. Vacío fértil, lo llaman los orientales. ¿Qué significa eso? Que está todo abierto y preparado para recibir. Es un vacío dispuesto a engendrar, engendrarnos, pues cada día somos diferentes, cada día es una nueva posibilidad que se nos ofrece para manifestarnos.
Las vacaciones son aquello: un período que puede ser de encuentros o desencuentros, todo dependerá de cómo las abordemos: ¿muy planificados y cerrados a descubrirnos y descubrir a nuestros hijos, pareja, amigos, a nosotros mismos? O ¿con algunos lineamientos pero expectantes de mirar y ver a los otros, con esa apertura que nos permite sorprendernos como si los y nos viésemos por vez primera? Carolina, en su artículo “El tiempo de ocio como expresión de aprecio a sí mismo y al otro” nos invita a esa mirada. Sin embargo las vacaciones, como comenté, pueden enfrentarnos a momentos a veces irritantes, cuando los hijos se aburren, y nosotros, habiendo trabajado todo el año, quisiéramos también poder descansar. ¿Qué es el aburrimiento? ¿Cómo podríamos comprenderlo, si solo así podremos lidiar con ello? Me permití una breve reflexión sobre el clásico: ¡mamá, estoy lateado!: “El aburrimiento, ¿un sufrimiento del Ser?”.
Sin embargo como ya dije, a lo largo de la vida hay muchos comienzos y cada nueva etapa de la vida es uno nuevo, una nueva posibilidad. Lo es también el último ciclo de ella. La vejez (o como dicen por ahí, la “juventud acumulada”), también lo es. Y no es diferente de los otros comienzos. Hay un cuerpo, una cognición y emocionalidad, con sus desgastes y sus sabidurías de experiencia (así como la infancia, adolescencia, madurez tienen sus incapacidades y sabidurías). Quizás la gran diferencia aquí radique en que la mirada esté más enfocada en lo (auto)trascendente, en el Sentido. ¿Cómo ha sido mi vida? ¿Dónde he sido fructífero? ¿Qué, cuál es el aporte que dejo para que este mundo sea un poquito mejor que como lo encontré cuando llegué aquí? ¿Qué puedo aún hacer? Y no se trata de grandes cosas. Por el contrario, la mayoría de las veces son las pequeñitas las que realmente cuentan: una conversación pendiente con la pareja o amiga/o, hija/o; una visita a alguien que lo necesita; preparar algo con las propias manos y regalarlo a alguien a quien siento lejos; una oración para reencontrarme con el fundamento del Ser (si tengo alguna creencia). También es muy enriquecedor agradecer por la vida que he tenido (como haya sido, pues de seguro, si sigo aquí es porque así lo he querido), por el día, la semana, el año. Por lo recibido. Mauricio nos regala su experiencia en su trabajo con adultos mayores: “Re-viviendo la existencia”.
Durante el mes de noviembre tuvimos la visita de Alfried y Silvia Längle. Él nos ofreció un seminario sobre la Angustia muy profundo e impactante. Cómo poder comprender para qué está y luego poder ayudar terapéuticamente a nuestros pacientes. Y a propósito de ello, Pamela con una generosidad y sensibilidad profunda, comparte su experiencia de haber conocido la angustia de saber el final doloroso, desde el comienzo de su embarazo. Nos dice: “Cuando me cegó fue mi enemiga, pero cuando pude ver a través de su oscuridad se transformó en mi amiga”:“El encuentro con la vida frente a la muerte”. Qué camino tan doloroso le correspondió recorrer, qué pruebas hubo de atravesar para poder soportar y finalmente aceptar lo más insoportable, lo más injusto e incomprensible que una madre puede recibir: la notificación de que la vida es frágil e injusta aún para las personas buenas.
En estas páginas conoceremos un poco más de Silvia Längle, esposa de Alfried y terapeuta analítico-existencial en Viena, quien en una linda entrevista nos cuenta sus propios comienzos, nuevos comienzos en este camino que modificó a medio andar: de la física teórica al Análisis Existencial. ¿Qué puentes hay?
También y para amenizar y complementar las tardes estivales y para comenzar este nuevo año les ofrecemos un nuevo libro, tan esperado por todos nosotros: “Vivir la propia Vida”, que nos muestra mayoritariamente casos trabajados terapéuticamente desde el Análisis Existencial, así como bellos artículos de Alfried y Silvia, entre otros. Como dice la reseña de Alejandra:
“Ayuda a palpar las condiciones de la propia existencia, de sus cercanos, de sus pacientes. Invita a explorar, en un doble diálogo personal, yo-mundo, yo-persona,…”
Para finalizar, unas líneas que aparecen al final del mencionado libro, escritas por Alfried Längle:
VIVIR COMIENZOS
En la vida se trata más,de comenzar algo, que de terminarlo.
Con lo que no se puede comenzar, eso queda sin vida. Sin comienzo no hay vida.
Lo que tú me dices, yo no lo tomo, si no me trae a un comienzo.
Lo que la vida me arroja, yo no lo agarro, si no entro en un comienzo con ello.
Incluso yo mismo quedo de lado, si no puedo comenzar nada conmigo.
Traerse al comienzo: enhebrar mi vida nuevamente en el mundo.
El comenzar entreteje la vida con el mundo.
Llegar siempre a comienzos de nuevo, porque conduce a lo simple, al origen, a la fuente, a lo nuevo.
Ser siempre niño de nuevo, buscador, volver a experienciar, desde el desamparo, la amplitud y la diversidad de la vida. Comenzarlo, aun cuando no es seguro que alcance la meta. Comenzarlo, a pesar de todo. Porque vivo.
Estar hasta la muerte en el comienzo
Estar hasta la muerte vinculado con el comienzo
No tener que dominar sino poder presentarse
Experienciar: yo puedo.
¡Capacidad primaria!
Estimadas y estimados lectores, por último compartir una excelente buena nueva: A partir de este año el Instituto Chileno de Análisis Existencial (ICAE) en alianza con la Universidad Academia de Humanismo Cristiano(UAHC) comenzaremos a impartir un Magíster en Análisis Existencial. Ya están abiertas las postulaciones tantos para los Postítulos (psicoterapia y consultoría) como para el Magíster.
¡Buenas vacaciones y hasta marzo!
Michèle Croquevielle
Directora